En estas semanas, han sido relevantemente desagradables, actuaciones de múltiples dirigentes de nuestro país, en las cuales se pretende politizar el proceso de vacunación en sus Departamentos o Municipios, como si fuera por cuenta de su gestión que las tan anheladas vacunas llegasen a la población, incluso tal hazaña casi deja por desapercibido el hecho de que se ´´extravíen´´ algunas unidades en medio del proceso de repartición entre los territorios. Esto me ha llevado a reflexionar desde mi trasegar como político, como líder comunitario, como elector y como ciudadano, acerca de las cualidades que cada persona que aspire a un cargo publico debe tener.
La vida me ha enseñado que la acción de servir a otros conlleva a la propia felicidad y esta primordialmente justifica el estar vivos, así mismo soy un convencido de que la política debe ser más un ejercicio de servicio que de poder, debe ser incluso tan dedicado y detallado como un arte, uno de servir. Dicho esto, he concluido el siguiente listado de cualidades que creo debe tener un político, al menos uno que ha vislumbrado su vida en pro del interés común.
Lealtad hacia el elector: Cuando votamos no lo hacemos por un individuo, lo hacemos por ideales que nos representan y que serán expresados desde las diferentes instituciones, así las cosas; el político debe obrar en lealtad a esos principios por los que fue electo y no desligarse del reconocimiento de las necesidades de la comunidad,
Compromiso con el ciudadano: Los servidores públicos, los políticos, los candidatos y los dirigentes nos debemos a la ciudadanía, pueden existir espacios para la diferencia y la crítica sin olvidar y comprender que la diferencia es parte de la democracia y que el compromiso con la ciudadanía es un deber sagrado.
· La Palabra: Nuestros abuelos decían que la gente
vale por su palabra, la palabra empeñada vale mucho y cumplir lo que se promete
nos engrandece; en mi trasegar comunitario he aprendido que muchas veces es
mejor decir una verdad incómoda que
hacer cómodamente una promesa que no se podrá cumplir jamás.
· Sentido social y
comunitario: La
política es para trabajar por la gente y para la gente, parte de la crisis que
tiene nuestra democracia es por aquellos políticos sin sentido social a quienes
les interesa mas usar la corbata y el titulo que servir a su comunidad,
necesitamos menos “doctores” y mas Servidores.
· Carácter: La coherencia con lo que se dice y se hace a menudo
debe ir acompañada de carácter, si bien es cierto que la política es dinámica,
nunca debería ser tan dinámica como para renunciar a posturas, ideas y
principios por los cuales se fue electo, de ser lo contrario, créame que ese es
un político que siempre buscará el camino más cómodo para su propio beneficio y
no el de la ciudadanía.
· Gratitud: Los dirigentes no llegan al poder
solos, olvidar a quienes acompañaron la campaña con sacrificio y compromiso es un
error descomunal, la gratitud en un político habla del valor que le da a
quienes le acompañan.
· Honestidad: Poco que decir aquí, el ratón no debe cuidar al
queso, ¿Cómo confiar nuestros recursos públicos en quien no se puede confiar? pero aún más, ¿Cómo hacer campaña en quien no brinda certeza de que cumplirá lo
prometido?
· Amor por lo que hace: El camino del servicio comunitario y el liderazgo
social no es fácil, se debe amar esta opción de vida y se debe hacer por
convicción, de lo contrario la frustración es un hecho inminente dado a que se
trabajará en función de problemas por solucionar.
· Franqueza: la tibieza es uno de los peores defectos que puede
tener un político, decir si a todo por comodidad es mentir, hay cosas que
técnicamente no se pueden hacer, cosas que por más que se quieran no se van a
lograr y en esos casos es mejor decir la verdad.
· No olvida sus raíces: Olvidar aquellos que caminaron contigo, olvidar la
razón por la cual se empezó en el liderazgo social y olvidar de donde se viene.
Implica olvidar que se trabaja por la gente y para la gente.
Por último, quiero cerrar esta columna con una “ñapa” y es que un buen político siempre contesta el teléfono o devuelve la llamada como un acto de respeto, si bien diste tu teléfono con ello abriste una puerta de comunicación que es grosero cerrar después. Por decir lo menos.

