Tener una sociedad fuerte
en los diferentes aspectos económicos y sociales que le atañen es
principalmente el resultado de un control social efectivo que conlleva a un
actuar transparente y vigilado de los funcionarios públicos, que siendo
sostenido en el tiempo es interiorizado en la gestión pública perfeccionándose
y mitigando los riesgos de corrupción; éste es el factor diferenciador de las democracias
desarrolladas, que tienen una correlación directa entre calidad de vida y bajos
índices de corrupción. En el caso de muchos países subdesarrollados y para
nuestro caso Colombia, podría decirse que existe una estrategia incluso
programática consistente en desviar la atención de aquello que es
verdaderamente importante a nimiedades polémicas, en generar cortinas de humo a
partir de la polémica, la difamación, la desinformación y la concentración
hacia los temas de menor relevancia para de esta manera desviar tal control
social.
Es el caso que vive la
ciudad de Medellín, que por falta de una estrategia de comunicación efectiva
orientada a la información, o mejor aún, exitosa en la consiente y
metódica estrategia de desinformar,
desvía el foco de atención de algunos temas financieros de ciudad claves como
la venta de acciones de EPM en UNE e Inversiones Telco, asunto que no es un tema
menor y que de concretarse, parte de dichos recursos irían a la finalización de
hidro-Ituango, proyecto estratégico para el futuro energético del país. Estos
temas no han sido propiamente discutidos en el escenario de control político,
tanto es así que el Concejo de la ciudad no ha podido llevar a cabo un debate
efectivo de este proceso en razón de que no se ha brindado a los Concejales la
información suficiente para tomar una decisión informada.
Pobre será la suerte del
país si se toman decisiones sobre EPM desde el tradicional escenario político
Colombiano, volátil y con fundamento en debates míseros en argumentos técnicos
y basados en contiendas de coalición y oposición que poco construyen. Las
decisiones de una empresa como EPM, clave para el desarrollo del país requieren
oradores y participantes del control político que se encuentren a la altura
ética y técnica del debate, sin embargo, ese no ha sido el caso y en lugar de
argumentos claros y con sustento en cifras, los Medellinenses hemos asistido a una
especie monologo, quizá el símil sería un stand up comedy de frases electoreras
y vacías en las que se habla de recuperar los público (como si se hubiera
perdido alguna vez) en el que dicen que la ciudad ya no les pertenece (como si la
ciudad hubiera alguna vez dejado de pertenecer a sus ciudadanos) y en el que
hablan de un escenario futuro utópico que cada vez se muestra mas lejano por
cuenta de esos mismos debates que con poca claridad se llevan a cabo para tomar
decisiones trascendentales para una sociedad.
La veeduría Todos por
Medellín ha hecho un ejercicio juicioso frente al tema de EPM y en su podcast
han incluso contado con espacios de análisis frente a la venta de acciones, sin
embargo, se hecha en falta el que no se hayan dado espacios con gran difusión
sobre este tema por parte del Alcalde de Medellín o de la misma EPM; hay que
hacer la salvedad sobre la iniciativa de la propuesta, que la toma EPM pero que
se ve empantanada en su ruta de debate en el Concejo por cuenta de un precario
manejo de las comunicaciones por parte de la administración.
No quiero entrar en los
detalles técnicos sobre si se debe vender o no, pero si quiero llamar la
atención sobre la necesidad sentida de la ciudad de asistir a un debate de
altura y poder acceder a información de mayor calidad, brindar espacios de
información que den mayor tranquilidad a los Medellinenses sobre cómo se están
manejando los recursos públicos y las empresas que todos queremos y que
finalmente nos pertenecen a todos.
