-¡Papá!, que bonitas se ven todas esas
casas con trapitos rojos en las ventanas-, me contaba un gran amigo
que fue el comentario que le ha hecho su pequeña hija después de ver en la TV el
panorama de uno de los sectores más necesitados en medio de la cuarentena,
evidentemente maravillada con el paisajismo y sin comprender la trascendencia
de aquellos trapitos rojos.
Así
para muchos se ha vuelto parte del paisajismo la pobreza y la indigencia, el
derroche y la contaminación, sin percibir la trascendencia de los mismos en la
construcción de sociedad y por ende de su propio futuro; ¡algo bastante irónico
por cierto!, tanto como encontrarnos de repente y de frente con un mundo
paralelo, en el que los abrazos y besos son considerados medios de contagio,
donde el no visitar a nuestros abuelos es una manifestación de amor al
prevenirlos del contagio, en el que la naturaleza sigue su curso, respira
aliviada, se purifica tornándose más bella, y los humanos vivimos en cautiverio. Ahora el panorama apunta a la solidaridad que conlleve a la resiliencia, ojalá después
sea detallar lo que estábamos acostumbrados a ver y que esto nos conduzca a un
cambio, sólo así habrá valido la pena el alto precio de esta lección que nos
deja el mundo.
Mi
gran amigo, como buen Papá, le explica a su pequeña que éstos trapitos rojos hablan
de carencia, son una manera de decirle al exterior que allí hay necesidad y
requieren de ayuda; ella entiende entonces el significado de aquellos trapitos
rojos viendo el propio atado a su balcón.
Felicitaciones jhonny Dios te bendiga
ResponderEliminarDios te bendiga jhonny. Asi es, ayudar al que mas lo nesecita
ResponderEliminarMuy bien Dr. Jony, Todos unidos ayudando, no se puede ser indoliente con esta situación.
ResponderEliminarMuy bien Dr. Jony, Todos unidos ayudando, no se puede ser indoliente con esta situación.
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