martes, 23 de junio de 2020
LA POLÍTICA, LA PALABRA CUMPLIDA Y LA CRISIS DE CREDIBILIDAD EN NUESTRO SISTEMA.
domingo, 14 de junio de 2020
DEL SERVIDOR PÚBLICO IDEAL
A
propósito de los últimos días, he venido reflexionando detenidamente sobre el
ideal de un servidor público, el cómo se asume y percibe el rol de los
servidores públicos desde la perspectiva ciudadana en el marco que se establece
por cuenta del Covid-19, y en el que los aciertos o descalabros en la
administración estatal, desde el Presidente, Gobernadores, Alcaldes, funcionarios
de administraciones y de la fuerza pública, tienen mayor trascendencia sobre las
condiciones que enmarcan la concepción de calidad de vida en las comunidades.
Las
crisis institucionales de las ultimas semanas no son cosa menor, escándalos en
adjudicación de contratos, cuestionamientos al accionar de alcaldes y
gobernadores por cuenta de sus decisiones, falta de transparencia en la
destinación de recursos, violencia y abuso de autoridad por parte de miembros
de la fuerza pública, pareciera una constante que deslegitima la credibilidad
institucional y nos aleja de la real concepción del servidor público, y este
aparte es particularmente complejo en un país como el nuestro que además está
permeado por la sombra de la corrupción.
La
función publica es difícil, el servicio publico en ocasiones suele caer en
áreas grises en su ejercicio cotidiano por cuenta de como la realidad suele
rebasar a lo que tenemos dispuesto en la ley, después de todo, los servidores
públicos no son solo responsables ante las autoridades por infringir la
constitución y la ley como ciudadanos, sino también por la omisión o
extralimitación de sus funciones, sin embargo, y de aquí en adelante quiero ser
muy enfático, el camino ya se encuentra bien delimitado frente a lo que se
espera de un funcionario público, su misión de garantizar mediante la
administración del funcionamiento del estado, los derechos de los ciudadanos,
no es un camino que no sepamos como recorrer, la Constitución Política del 91
es clara cuando enuncia que “Los servidores públicos están al servicio
del Estado y de la comunidad; ejercerán sus funciones en la forma prevista por
la Constitución, la ley y el reglamento” y si esto se cumpliera a
cabalidad, ciertamente muchos de los recientes escándalos simplemente no
sucederían.
El
servicio publico en Colombia es un ejercicio voluntario, a nadie se obliga a
él, ni siquiera en la Policía, es de resaltar que quienes cumplen su función
como agentes de policía, voluntariamente decidieron vestir el uniforme, los
servidores públicos deciden de forma voluntaria asumir sus cargos, incluso los
contratistas, y como tal, salvando el carácter voluntario que reviste el asumir
dichas funciones, se debería tener presente que están al servicio de la
sociedad para garantizar el cumplimiento de una serie de derechos que el estado
debe garantizar, y al servicio del estado mismo garantiza su buen
funcionamiento.
Todos
los servidores públicos que son elegidos de forma directa o indirecta por la
comunidad, bien por voto popular como el presidente, alcaldes y gobernadores o designados
por aquellos que fueron elegidos por la comunidad para velar por sus intereses,
como son ministros, secretarios, gerentes de entes descentralizados, incluso
contratistas cuya labor se ampara en contratos interadministrativos en aras de
cumplir una función clave para el estado y su naturaleza como garante de
derechos y vigilante del cumplimiento de los deberes ciudadanos, siempre en el
ejercicio de la función pública deben tener presente los primeros cuatro
artículos de la constitución y velar para que cuando se obre en el marco de la
función y para la función pública, se haga bajo los preceptos que estos
artículos enuncian:
El
articulo 1 nos dice que Colombia es un estado social de derecho, fundado en el
respeto de la dignidad humana, el trabajo y la solidaridad de las personas que
la integran, así como la prevalencia del interés general, y debe ser la
dignidad humana lo que todo funcionario busque como efecto de su ejercicio.
El
artículo 2 nos dice que son fines esenciales del estado el servir a la
comunidad y promover la prosperidad general, garantizando la efectividad de los
principios, derechos y deberes consagrados en la constitución; es claro que
esto se desdibuja cuando el funcionario obra con desidia o cuando sus
decisiones están amañadas por la corrupción.
El
articulo 3 nos aclara que el poder emana del pueblo y reside exclusivamente en
él, y debe ser la misión de cada servidor público el velar por que la dignidad
humana de quien directa o indirectamente lo reviste de su investidura como
funcionario, el fin máximo de su obrar cada día.
Finalmente,
el articulo 4 nos dice que la constitución es norma de normas, en ese caso, es
claro como el eje rector de todo accionar siempre debe ser primeramente los
principios, derechos y deberes enunciados en la constitución y siempre en caso
de incompatibilidad con la realidad inmediata de nuestro país, deben ser esos
principios de honestidad, solidaridad, cumplimiento de la ley y búsqueda
constante de la dignidad humana los que entren a regir nuestro accionar como
funcionarios.
LA POLÍTICA NO ES TAN FLEXIBLE COMO PARA TRAICIONAR A QUIENES VOTARON POR TI.
La Política nunca debe ser tan flexible como para traicionar al elector, desafortunadamente, ese es el tipo de Política que atestigua Mede...
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