Es
usual que cuando a los líderes políticos se les hace necesario tomar decisiones
que por intereses podrían parecer erráticas, se inventan pugnas delirantes
entre enemigos imaginarios, dividen intereses y pescan en rio revuelto, este es
precisamente el caso del alcalde de Medellín Daniel Quintero, su caballo de
batalla para empezar su campaña a la Alcaldía fue el manejo que se le daba a
EPM, la situación de Hidro-Ituango, y la
actitud del Concejo de Medellín frente a todo lo que acontecía. En ese momento
habló sobre la importancia de los procesos transparentes, de meritocracia en
los cargos claves para la ciudad, de independencia frente a la política
tradicional, de como él era un político independiente, experto en innovación
que venia con una actitud conciliadora para “arreglar” todo aquello que estaba
mal en la ciudad de Medellín y su orgullo, EPM.
Ya
septiembre va a terminar y cada vez el mandatario actual esta mas lejos de ese
Daniel Quintero que la ciudad eligió, en su twitter mantiene fijado el tweet de
“la esperanza derrotó al miedo” sin embargo, es imposible el no preguntarse
¿esperanza de que?, la meritocracia para esos cargos claves ha brillado por su
ausencia, la actitud no ha sido precisamente la más conciliadora y por el
contrario, es cada vez mas evidente que cada que alguien le contradice, no se
detiene un segundo a pensar si su actitud esta bien o mal, por el contrario usa
su arma de batalla y casi que plataforma de gobierno, descalificando por redes
sociales habla del porqué su postura es correcta por ser experto en innovación
y quien lo interpela está mal, como ha sido el caso en las ultimas semanas,
inventa una pugna que en realidad en nuestra ciudad nunca ha existido, para
justificar su actuar con las juntas de EPM, Fundación EPM y Ruta N.
Desde
que la junta de EPM renunció, la ciudad ha sido testigo de las declaraciones
mas preocupantes por parte de un gobernante que tiene injerencia en una de las
empresas mas importantes para el país, EPM es una de las más sólidas empresas
de servicios públicos en América latina que ha concebido uno de los proyectos más
importantes para Colombia en los últimos años, Hidro-Ituango, que una vez entre
en funcionamiento representará el 14% de la generación de energía para el país,
teniendo una relevante contribución al desarrollo de Medellín, especialmente en
un momento histórico y muy complejo como el que enmarca el Covid-19.
Hemos
podido ser testigos de como el alcalde lanza declaraciones despreocupadas, como
que si un miembro de la junta no le sirve lo cambia, como si esa actitud
irrespetuosa a un gobierno corporativo, clave para que cualquier institución funcione,
fuera a rendir frutos. Ha dicho que “uno no pide permiso para hacer lo
correcto” como si solo el supiera que es lo correcto, como si el fin
justificara los medios, y para colmo, ha declarado que ha EPM se la venían
robando por el orden de 1 a 2 billones anuales, sin prueba alguna, como si una
empresa pudiera resistir semejante saqueo y aun así ser una empresa exitosa, además
como cereza del pastel, afirma que la actitud de la junta es porque el esta
recuperando a EPM de las “garras” del GEA, quienes según él, han manejado a la
ciudad y a la empresa a su antojo, guardando solo sus intereses, olvidándose
que, una de las claves del éxito y crecimiento de nuestra ciudad en los últimos
años ha sido la colaboración del empresariado Antioqueño y el sector publico
para fortalecer la inversión social en la ciudad.
Ni
el GEA, ni el sector privado en general es un enemigo en la ciudad, la
intención del alcalde de crear un enemigo en el sector privado de la ciudad es
por decir lo menos, peligrosa, el actuar coordinado del sector publico y
privado ha permitido que nuestra ciudad crezca, no es necesario crear
divisiones donde no las hay, es necesario preguntarse, si la junta era tan mala
como él dice ¿Por qué la ratificó una vez llego a la alcaldía?, lo cual hizo
con elogios, además, ¿Por qué también renuncio uno de los miembros que el mismo
había designado? y para acabar de ajustar, en los últimos días, pidió revisar
la decisión que fue el florero de Llorente en el caso de la junta de EPM, la
demanda contra los contratistas de Hidro-Ituango, ¿estaba mal cuando la junta
anterior lo propuso, pero ahora que él lo hace, está bien?; recordemos que
también hay inconformidades, denuncias y renuncias en las juntas de Ruta N y
Fundación EPM.
Hoy, a nueve meses de gestión, es necesario afirmar que el alcalde Daniel Quintero significa muchas cosas, unas buenas, otras no tanto, pero definitivamente, no es un político independiente y hasta ahora, no da muestras de ser tampoco uno muy concertador en ciertos temas.


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