La
columna de esta semana la quiero dedicar a cuestionar algo que me ha inquietado
particularmente sobre el alcalde Daniel Quintero, mejor dicho, no sobre él,
sino mas bien una situación que se genera por algo personal que le pasa al
alcalde y su familia, si bien es cierto que desde que comenzó su mandato, la
administración del alcalde Daniel Quintero no ha estado exenta de polémica, no
es sobre las criticas a su desempeño como mandatario a lo que me quiero
referir, sino a la empatía que algunas personas han mostrado para con el
alcalde y la situación que vive con su esposa y su hija.
Desde
que iniciò la cuarentena y durante todo el tiempo que ha durado la crisis del
Covid-19 en la ciudad de Medellín, el alcalde ha estado presente al tanto de la
situación, se le ha visto en diferentes alocuciones, recorridos y reuniones, al
mismo tiempo, ha venido asumiendo toda la situación generada por la salud de su
pequeña hija Aleia, que tiene 5 meses, el y su esposa, han asumido el quebranto
de salud de su hija pequeña mientras que al mismo tiempo el alcalde asume una
situación nunca vista en la historia reciente en Medellín, como padre que soy,
frente a esto, no tengo mas que palabras y sentimientos de empatía y admiración
para el alcalde.
Aquellos
que son padres me entenderán cuando digo que nuestros hijos son nuestro motor y
nuestro talón de Aquiles, mientras ellos estén bien, todo es solucionable y
todo puede marchar mejor, pero cualquier cosa negativa que ocurra con nuestros
hijos, nos afecta profundamente, mina nuestra capacidad de concentrarnos en
nuestro trabajo, de darlo todo al cien por ciento, sin embargo, el alcalde de
Medellín, al tiempo que asume el reto que esta situación familiar le genera,
asume su rol como alcalde de la ciudad en medio de una pandemia, puede que la
gestión del alcalde de lugar a críticas y en el escenario político la crítica
siempre será un ejercicio de derecho eficaz para fortalecer la democracia,  pero en el plano personal que es donde quiero
circunscribir esta columna, como padre, como ser humano, solo es posible sentir
empatía y admiración por un padre, un esposo que ha tratado de asumir una
situación compleja de salud con su hija y su esposa y continuar con su trabajo.
Desde
aquí, valoramos y celebramos que la hija del alcalde Daniel Quintero se este
recuperando satisfactoriamente, y deseamos lo mejor para su esposa y su hija,
como padre, toda mi solidaridad con aquellos padres y madres que están pasando
por una situación difícil con sus hijos, mis mejores deseos más allá de
cualquier diferencia política.
Para cerrar, la política es un ejercicio humano, las diferencias políticas no deben jamás hacernos olvidar lo humano, es la solidaridad y la empatía con el otro lo que nos hace fuertes como sociedad, no es ético cuando alguien hace criticas a nivel personal a un mandatario aprovechándose de sus situaciones familiares difíciles, como seres humanos que somos, en nuestro devenir político y profesional, se da el suficiente lugar a critica, no son necesarios nunca los ataques personales.


 
 
 
Apreciado Jony, tienes toda la razón en lo que dices, lo que está viviendo el alcalde no es nada fácil, enfrentar dos situaciones tan difíciles al mismo tiempo es duro y como las ha enfrentado el alcalde es de admirar. Jodido si está aquel que solo crítica y no aporta nada positivo a la humanidad, un abrazo
ResponderEliminarAsí es, afrontar los problemas no es fácil más manejar una ciudad como es Medellín, es de aclarar que soy solidario como padre de familia que soy saludos.
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